Cuatro ya es Telecinco

Bueno, pues ¡por fin!, que dirían algunos y ¡que lástima!, que dirían otros. Y ¿a que se deben estas exclamaciones? , pues a que más allá de lo que pase en el ámbito mercantil o empresarial entre las cadenas de televisión Telecinco y Cuatro (absorción, fusión o el escenario mercantil que se plantee) ya se ha producido una completa fusión, por absorción en este caso de Telecinco hacia Cuatro, en los contenidos, o quizás seria más correcto decir en la línea de planteamientos ético profesionales de dichos contenidos.

Como ejemplos concretos de este giro de cosas como los programas de coaching o el reporterismo de calle, hasta cierto punto innovadores en España, al amarillismo y a la ética televisiva dudosa, tenemos:

En "perdidos en la ciudad", traen ahora aquí a las tribus a donde llevaron a los concursantes en "perdidos en la tribu". ¿Qué?, ¿después les van a dar papeles o algo?, lo digo porque hay probabilidades de que algunos de estos señores y señoras, una vez contaminados por nuestra realidad, no quieran volver a sus condiciones de vida anteriores. ¿Es ético sacar a gente de su entorno de una manera tan artificial y meterlos aquí, o realmente se trara de gente ya muy “occidentalizada” y están haciendo un poco de teatrillo?

En “Me cambio de familia”, se ha visto un intercambio entre una especie de estriper tatuada y una chica gitana, donde se ven imágenes en las que hay situaciones que , diciéndolo de manera suave, conflictivas en relación a la condición de mujeres de las participantes.

En un reality de Telecinco que hacen tipo supervivientes, una presentadora histórica de Cuatro (la de la foto en este post de House es un poco cansino, ¡que lástima, como se ha hechado a perder, en lo ético profesional se entiende, que sigue igual de buena!) se vé diciéndole en directo a una participante (otra tia buena, más explosiva, llamada Tatiana, estriper que apareció en Torrente 4) que le ha explotado una teta, bueno, que se le ha movido la prótesis de teta, o algo así, al saltar de un helicóptero al agua para llegar a la isla. En directo ante todo el mundo para filmar después como llora y tal y, además, sin darle demasiados datos médicos, con lo que la tia buena no sabe si que le pasa en concreto.

Los últimos episodios de “hermano mayor”, ya rozan casi la denuncia, hijos que prácticamente agreden a los padres y tal, y los cámaras impasibles delante de las broncas filmándolo.

Reportajes rozando el amarillismo total en el bodrio ese que hacen en el que Mercedes Milá va de reportera, casi forzando situaciones y demás lindezas.

No tengo más ganas de escribir, pero ¿se hacen una idea de lo que quiero decir cuando digo que Cuatro ya es Telecinco?

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